viernes, julio 12, 2013

LA SABIA Y NECESARIA ESTRATEGIA DEL VIRUS

 Artículo publicado en El Nuevo Liberal 
Popayán Junio 6 de 2013

Hace algunos días, por gentil invitación de la CRC (Corporación Autónoma Regional del Cauca), participé en una presentación del borrador del llamado PGAR, o sea el Plan de Gestión Ambiental Regional del Cauca. Ese documento, a cargo de las correspondientes corporaciones autónomas regionales del país, traza la ruta de la gestión ambiental durante la próxima década en la respectiva región.

Mucho podría comentarse sobre el documento del Cauca, producto de un conocimiento juicioso del Departamento y del tema, pero me voy a limitar por ahora a algo que generó preocupación en todos cuantos participamos en esa presentación: las limitaciones presupuestales de la CRC para ponerlo en acción.

María Teresa Amaya, exdirectora del parque nacional natural Puracé, quien desde siempre ha hecho del ambientalismo un compromiso de vida, hizo énfasis allí en que el Cauca no es solamente uno de los lugares más ricos en biodiversidad de Colombia, sino del planeta entero. Ese solo hecho amerita un interés y un cuidado especiales.
Casa de Caldas - Popayán
Ya quisieran muchos países del mundo contar con la riqueza ecosistémica e hídrica y con la diversidad étnica y cultural que tiene el Cauca, pues en gran medida de eso depende la capacidad y la flexibilidad de un territorio para adaptarse con éxito al cambio climático, o para conjurar el fantasma de la crisis alimentaria.

Allí es donde la estrategia del virus se convierte en una necesidad. Como bien se sabe, cuando “nos cae” un virus, éste pone todas nuestras células a trabajar para él.

Una vez establecidas unas prioridades ambientales que garanticen la conservación y el fortalecimiento de esas riquezas estratégicas, el “virus” con esos que deben ser principios inamovibles e irrenunciables, debe inocular todo peso que en el curso de la próxima década se invierta en el Cauca.

No podemos seguir pensando, ni el Colombia ni en el departamento, que la gestión del riesgo y la adaptación al cambio climático son “air bags” que se inflan cada vez que hay un estrellón, mientras los presupuestos normales, públicos y privados, se invierten el aguardiente pa´l chofer.
 Río Palo a su paso por Puerto Tejada
Así por ejemplo, bien invertidos los 620 mil millones de pesos que vale el Contrato Plan del Norte de Cauca se pueden convertir en multiplicadores no solamente de una gestión ambiental adecuada, sino también en una inversión concreta para la construcción de paz. No hay que dejar de repetir que la paz con la naturaleza es pre-requisito para la paz entre los seres humanos y que la paz entre los seres humanos es pre-requisito para la paz con los ecosistemas y sus dinámicas.
Lo mismo sucede con los recursos nuevos y no tan nuevos que se inviertan en el departamento como resultado del CONPES en que están trabajando la Gobernación y el Departamento Nacional de Planeación.
Volcán Puracé
Cualquier inversión es buena si directa o indirectamente contribuye a que el Cauca pueda garantizar, para sus ecosistemas y sus comunidades humanas, agua en cantidad y calidad; capacidad de adaptación a los extremos climáticos; seguridad, autonomía y soberanía alimentaria, y arraigo real a sus territorios de todas las comunidades caucanas. Es decir, Identidad. Que incluye la “seguridad afectiva, emocional y cultural”, que es la manera más concreta posible de formar parte de un territorio. Y que a su vez dependen de la capacidad de convivir y de transformar pacíficamente los conflictos que forman parte de la existencia cotidiana. 

Por el contrario, cualquier inversión es inconveniente si pone en peligro alguna de esas prioridades o los factores de los cuales depende que se puedan alcanzar.

La ausencia de decisión y acción política en ese sentido y en todos los niveles (nacional, departamental, municipal e incluso internacional), constituiría un imperdonable desperdicio de oportunidad.

 Cuatro prioridades para el desarrollo
Lo primero es lo primero: Colombia tiene con qué


Densos nubarrones... pero el Cauca tiene con qué